IFC Team
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La debilidad de la industria de la automoción ante los ataques en el Mar Rojo.

Los recientes ataques en el Mar Rojo revelan la vulnerabilidad de la cadena de suministro, capaz de paralizar operaciones en importantes empresas ante complicaciones geopolíticas. Tesla anunció la suspensión de su producción en Alemania debido a la interrupción de suministros, vinculada principalmente a la dependencia china en las baterías.

Volvo seguirá el mismo camino, deteniendo temporalmente la producción en Bélgica por falta de suministro en las cajas de cambio. Mientras tanto, Volkswagen y Stellantis buscan soluciones para minimizar el impacto en sus plantas europeas frente a la crisis en el Mar Rojo.

Volkswagen ha optado por desviar sus barcos alrededor de África, aumentando significativamente los tiempos de espera y los costos. Stellantis confía en el transporte aéreo para superar las dificultades. Aunque BMW y Renault informan no tener problemas con el colapso en el Canal de Suez, persiste la preocupación por posibles cierres o retrasos en las entregas de automóviles.

La crisis de la COVID-19 y la Guerra de Ucrania han evidenciado la fragilidad de la cadena de suministro automotriz en los últimos tres años. Según Bloomberg, el 70% de los componentes en Europa provienen de Asia, y en términos de baterías, el 67% también tiene origen en este continente, lo que podría afectar especialmente a los vehículos eléctricos.

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