La industria alimentaria ha experimentado un cambio en la manera en que se produce, distribuye y consume alimentos.
El sector industrial de la alimentación ha evolucionado de forma significativa a lo largo de los últimos años. La industria alimentaria ha experimentado un cambio en la manera en que se produce, distribuye y consume alimentos. Esto se ha visto reflejado en la aparición de nuevas formas de producción, como la agricultura de precisión, la producción de alimentos orgánicos y la producción local, así como en la mejora de las tecnologías de procesamiento y conservación de alimentos. Estas mejoras han permitido a la industria alimentaria satisfacer mejor las necesidades de los consumidores y aumentar su productividad.
IFC TEAM ha desarrollado el proyecto de despaletizado de botellas vacías para una importante empresa de cava incrementando a su vez en un 60% la capacidad de la instalación existente, sustituyendo esta por una solución tecnológica innovadora, creativa y nueva en su sector, cuyo período de implantación, puesta en marcha y transición debía tener presente y minimizar cualquier afectación sobre la capacidad productiva.
La solución aportada por IFC TEAM ha logrado los objetivos perseguidos en cuanto a cumplimiento de las capacidades de la instalación: 40.000 botellas/hora a la vez que la integración de los nuevos equipos sin alterar los niveles de producción habitual. El equipo técnico de Codorniu destaca también que tanto la distribución en planta de los elementos como las soluciones técnicas implementadas para los elementos de manipulación de materiales asociados como son los palets y las placas separadoras han supuesto una importante mejora en cuanto a la ergonomía y eficiencia productiva de los puestos de trabajo de la zona.
La automatización facilita el seguimiento de los estándares y regulaciones establecidos en la industria alimentaria. Los sistemas automatizados pueden registrar y documentar datos importantes, como registros de temperatura, tiempos de procesamiento y lotes de ingredientes utilizados, lo que simplifica el cumplimiento normativo y facilita la trazabilidad de los productos.
Tras eliminar tareas innecesarias y mejorar la eficiencia, se pueden reducir significativamente los costes de producción, lo que se traduce en una mayor competitividad y rentabilidad para las empresas de alimentación.